Relatos Fantásticos: Historias de fantasía - La única salida

Fragmento: La única salida.

Hoy, en historias de fantasía, os traemos un fragmento del libro que está por salir: “La única salida”.

Relatos Fantásticos: Historias de fantasía - La única salida

El soldado estaba sentado en una tosca silla de madera, con los pies apoyados sobre una mesa del mismo material en el interior de una pequeña fortificación en la entrada noreste de la ciudad. El puesto de guardia era diminuto, apenas lo suficientemente grande para albergar a dos hombres y ofrecerles refugio de la lluvia. Se había construido contiguo a las puertas, de hecho, una de las paredes de la estructura era parte del muro que rodeaba la ciudad. Una antorcha ardía en una pared al fondo, mientras que en una esquina de la reducida mesa descansaba un candelabro apagado. La llama de la antorcha se agitaba ligeramente, proyectando sombras siniestras y misteriosas.

Ya había pasado una semana desde que el grupo de jinetes liderado por Artur fuera atacado por la extraña bestia del hostil exterior. Aunque el silencio reinaba desde que se habían sumergido en esa oscuridad impía, esa noche la soledad y la calma eran en extremo inquietantes.

El soldado era un hombre de mediana edad, de baja estatura y complexión gruesa. Llevaba el cabello corto, y su tez se mostraba con la barba de unos días. Giró la cabeza hacia la puerta al ver a su compañero entrar. Este último, de poco más de cuarenta años, era delgado y más alto que el soldado de la silla.

—Esta noche no me gusta nada —exclamó mientras entraba.

—¿Demasiado silencio, verdad? —respondió el soldado sentado.

—Exacto. Parece que no haya vida alguna ahí fuera.

—La famosa calma que precede a la tormenta —murmuró el soldado rechoncho mientras retiraba los pies de la mesa y se ponía de pie para iniciar su ronda—, bueno, al menos tendremos la oportunidad de conversar con los arqueros en las almenas —añadió.

—Hoy están muy callados. Parece como si todos tuvieran la moral por los suelos —observó el otro soldado.

El soldado obeso suspiró y se despidió con un gesto. 

Una vez que hubo salido por la puerta, el guardia delgado se sentó esperando descansar un rato. Sin embargo, justo cuando estaba a punto de apoyar las piernas sobre la mesa, un sordo golpe resonó, sobresaltándolo. Entrecerró los ojos, como si así pudiera localizar el origen del sonido. Tras unos segundos de silencio, el golpe se repitió, proveniente de la pared del muro, desde el exterior de la ciudad.


Esperamos que hayáis disfrutado de este fragmento.

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Autor/a

  • Felip Granados

    Apasionado del terror, la fantasía y la ciencia ficción. Creador del proyecto Relatos Fantásticos. Policia freelance y catador de olivas en sus ratos libres.

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